"Nico, soy la Marta, ¿puedes bajar a la sala de reunión número cuatro por favor?"



DE DESPEDIDO 
A DESPEDIDOR.
Inesperada patada en el culo hace que un product manager "acomodado" se vea forzado en aprender a escribir para vender.


En el 2012, la situación en Epson Ibérica, igual que en muchas otras empresas en España, iba bastante mal.


Para ajustar el equilibro entre ingresos y gastos, la dirección decidió despedir a 19 desgraciados de la plantilla.

La jefa de recursos humanos y mi jefe, un trepa catalán que pretendía ser culé pero en realidad era del Madrid como toda su familia, me presentaron con la carta de abajo...


De un día a otro, estaba en la calle.


Pero bueno, como me pagaron una buena indemnización, me lo tomé bastante bien y me pasé el verano bebiendo, viajando y tomando el sol en la playa.

Era una vida maravillosa.

Pero, cuando el dinero se empezó a acabar, tuve que hacer algo para aumentar mis ingresos sin volver a estar en una oficina y aguantar a jefes, subjefes y otros personajes.

Quería aprovechar el tiempo para estudiar copywriting y por tanto, como hablo y escribo bastante bien el inglés, decidí hacerme profesor particular.

Dediqué dos horas para escribir un anuncio y lo colgué en la página más importante para ese tipo de servicios.


Una web que se llama: tusclasesparticulares.com

Había muchísima competencia.


Muchísimos profesores.


Mi anuncio era diferente de los otros profes, ya que no solo cobraba más por hora, sino que también lo cobraba por adelantado.

Pagué 12 € para subir el anuncio a la primera página y esperé.

Esa misma tarde, me contactó un tal Javier de L'Hospitalet de Llobregat y quedamos para hablar en su piso.

Le conté la condiciones y le dije que cobraba por adelantado.

25 € la hora.

Javier se levantó, se fue a su cuarto y volvió con 150 €.

Dos billetes de 50 €
Dos de 20 €
Uno de 10 €.

Y me los dio.


A pesar de estar flipando, ya que no me creía que el anuncio me iba a funcionar tan bien, no mostré ningún tipo de emoción.

Cogí el dinero.

Volví a casa y hice un par de cambios en el texto para evitar algunas preguntas que Javier me había hecho.

El siguiente alumno era un abogado de un bufete en el Paseo de Gracia.

El tío cobraba un millonada y trabajaba muchísimo.

Le hice una serie de preguntas y me pagó con dos billetes verdes de 100 €.

Luego fiché otra abogada usando el mismo serie de preguntas, que residía en un piso guapísimo en Diagonal Mar.

Pagó un mes por adelantado.

Unos 300 €.

Luego fiché otra mujer en ese mismo edificio.

Otros 300 €

Después de cada cliente hacía pequeños cambios en el anuncio para que fuera más eficiente.

Luego, me contactó el jefe de RR.HH de una empresa suiza en María Cristina (la zona pija) en Barcelona, y me propuso que formara TODO su equipo.

Le hice las preguntas, le dije que siempre cobraba por adelantado y el siguiente día me hicieron una transferencia de más de 3.000 €.

Ningún profesor particular de inglés o castellano se lo podía creer.

Casi todos malvivían y se quejaban de sus alumnos.

Nadie, absolutamente NADIE, cobraba un mes por adelantado.

Nadie vendía formación a empresas SIN un intermediario.

Menos que yo.

De hecho, una mis alumnas era la típica pija pseudo-perroflauta catalana.

¿Cómo era?

Pues... era "anticapitalista", pero trabajaba en La Caixa.

Estaba en contra del "patriarcado", pero vivía en un piso que le había dejado su abuelo y la factura del iPhone y Jazztel lo pagada la empresa de su padre.

Decía que era una "mujer independiente", pero las clases de inglés que hacía conmigo las pagaba el banco.

Era "feminista", pero le molestaba si su novio no pagaba la cena.

Para colmo, era "solidaria con los pobres" y los domingos, en vez de comerse un arroz bogavante en el Salamanca de la Barceloneta, se iba a comedores sociales quitándole la sopa de pollo a los pobres.

En pocas palabras, estaba como una cabra.

Una semana estuvo dos días sin venir a clase y sin darme ningún tipo de explicación.

Impresentable total.

Como no me caía muy bien, y como La Caixa tardaba 30 días en pagar...

...
la despedí.

Por SMS.

Y me sentí muy bien.

Pero MUY bien.

No me importaba perderla ya que gracias a mi anuncio, me llegaba un buen número de nuevos alumnos y cada vez tenía más testimonios.

Y eso es el poder de un buen anuncio.

Y en mi eBook... 


... no solo muestro ese anuncio de 400 palabras y toda la psicología del proceso comercial, pero también muestro cómo usé esa experiencia para generar aún más dinero.

Te cuento.


A ver, después de un año dando clases, me di cuenta de dos cosas:

1 - Me gustaba mucho más el proceso comercial y el copywriting que el enseñar inglés.


2 - Y contaba con una experiencia de carne y hueso para lanzarme como copywriter.

Pero, no iba a ser tan fácil.

Había pasado muchas horas estudiando copywriting de gente como Dan Kennedy, Gary Halbert y John Carlton, sin haber dedicado ni 15 minutos a las típicas actividades de los novatos del marketing digital hispano.

Vi que todos los “gurús” se pasaban el día haciéndose pajas digitales entre ellos mismos.

Todo era...

“Comento en tu blog y tú comentas en el mío”.
“Te llamo experto y tú me llamas gurú”.
“Promociono tu curso y tú promocionas el mío”.


Buff.

Por ese exceso de pajería digital, gente sin casos de éxito demostrables estaban mejor posicionados en el mundillo del marketing digital hispano que yo.

Pero MUCHO mejor.

Y, como no tengo la personalidad para hacerme amiguito de gente que se enamora de plugins, embudos y cajas mágicas de seo, como un hombre normal se enamoraría de una colombiana con medidas de 90-60-90 con acentico paisa, decidí tomar otra ruta.

En vez de lamer culos, hacer comentarismo, ir a networkings y comprar cursos para hacerme amiguito, iba a hacer lo que había aprendido.

Es decir,
escribí otro anuncio.

Escribí un anuncio de más de 4.000 palabras que mandé por email a la gente más influyente (muchos budas de los embudos) de España, y que...

... me generó tuits.
... me generó tráfico.
... me generó muchísimos nuevos suscriptores.
... me llegaron oportunidades de guestpost.
... me llegaron ofertas de trabajo.
... me llegaron ofertas de proyecto de copy.
... me generó "backlinks".

Entonces...

En la primera parte del eBook, empezando en la página 8 y acabando en la 31, enseño cómo destacar con un anuncio en un mercado repleto de competidores, y cómo generar un ambiente en que es muy difícil no cerrar la venta.

Es ideal para consultores, formadores, informáticos, diseñadores, arquitectos, constructores y autónomos, cuyo modelo de venta consiste en que un cliente potencial les contacte a través de una web o un portal.

La gente que leyó mi anuncio, sabía que estaba leyendo un anuncio, y respondió porque mi anuncio era mucho mejor que los otros que leían.


Y eso es lo que enseño hacer: escribir un anuncio para que vendas más.

¿En la segunda parte?

Pues, la segunda parte es algo más avanzada.

En las páginas 32-74 cuento lo que pasó luego y es para copywriters, community managers, emprendedores digitales y responsables de comunicación que quieren saber cómo generar visitas, colaboraciones, ventas y propuestas con un Caso de Éxito.

Mira, normalmente leer un Caso de Éxito es un coñazo total.


Suelen ser aburridos, corporativos y somníferos.


Mi Caso de Éxito no lo escribí así.


Lo escribí como un anuncio.


Pero, a diferencia del anuncio de profesor particular, nadie que leyó mi Caso de Éxito sabía que estaba leyendo un anuncio hasta que llegaron al final.


Y cuando llegaron al final, en algunos casos, me mandaron emails como el de abajo...

¿Contenidos del ebook?


⦁ Mi secreto medio deceptivo y bien recibido, que usaba para que la gente me enviara formularios llenos de información que usaba para venderles mis servicios (página 24)


⦁ 
Cómo vender proyectos de copywriting directamente a un CEO (página 15)


⦁ Truco lingüístico para vender formación de inglés a un jefe de recursos humanos (página 9).


⦁ Dos cosas que tienes que hacer en tu copy para no dejar dinero en la mesa (página 20).


⦁ Al añadir esta frase de 10 palabras a mi anuncio, que por cierto tiene un error gramatical, recibí un montón de respuestas de mujeres (página 23).


Cómo hacer un guest post en un blog muy leído de marketing online (página 13).


Cómo conseguir un tuit de un "influencer" con más de 80.000 seguidores sin pagar un euro (página 11).


Amigos de toda la vida: El secreto del párrafo de 65 palabras que usaba para que el cliente potencial me considerara como un amigo y no como un comercial (página 24).


Mi método "aburrido" que usaba para involucrar a la gente al proceso comercial (página 25).


⦁ Una vez quedé con una chony que no sabía escribir, casi no se podía expresar y que me pegó un rollo que me enseñó cómo vender (página 22-23).


El método "antimariposón" que usé para no perder tiempo con estudiantes poco serios que saltan de una formación a otra y hacen perder el tiempo a todo el mundo. No contiene burlas ni insultos (página 28).


Secreto de fascinación de una mujer que trabajó doce meses y se compró tres pisos en pleno centro de Barcelona (página 7).


⦁ Por qué ciertas noticias generan más interés que otras (página 6).


Las 5 palabras (todas normalitas) que añadí a mi anuncio y que me generaron 3.429,45 € en 2 semanas. No son palabras "mágicas" (página 19 y 60).


5 secretos de fascinación de un deportista muy famoso (página 64).


La escena de una película taquillera del 1987, que enseña cómo ganar y perder proyectos grandes (página 71).


Tres tipos de personajes que tendrías que meter en tu copy para dejar fascinados a los lectores (página 69).


La frase de seis palabras que un cobarde usó para captar el amor de millones de personas (página 64).


⦁ La "pregunta con trampa" que hice a un abogado, que le dio tremendas ganas de sacar la cartera (página 28).


⦁ Cómo conseguir ofertas laborales directamente del director general (página 16).


Cómo conseguir "backlinks" de blogs muy bien posicionados. (página 16).


⦁ 7 maneras fáciles para generar conflicto (página 70).


El anuncio de 114 segundos en que un personaje odioso me enseña cómo generar confianza (página 73).

Se paga con PayPal y el eBook es entregado con e-junkie después de realizar la compra.


Nicolás Reyes.