Recibí un email de un suscriptor que me preguntó si no era mejor mandar un email cada día semana en vez de cada día.
Pues mira.
Te explico.
Pasa algo curioso en el primer episodio de “Gomorrah, una serie de Napolés que ha sido un éxito.
El boss de un clan camorrista ordena a sus hombres a atacar un almacén donde se esconde su enemigo.
Dos de sus hombres, un joven y un viejo, van a un club de tiro y “convencen” al propietario a darles un recibo como si se hubieran pasado toda la tarde disparando pistolas.
Luego se ponen chalecos anti-balas y cargan los kalashnikovs.
La misión es “peligorosa” porque el rival tiene un montón de guardaespaldas-
El camorrista joven no quiere atacar, tiene una hija de cinco años.
El camorrista viejo no quiere atacar, tiene tres hijos.
Entran en el almacén y empieza la matanza.
Uno sobrevive y el otro no.
Bueno…
Yo cuando vi esto no pude parar de pensar en un pequeño detalle que puede parecer poco importante pero no lo es.
Te cuento mi duda.
A ver…
Lo que me pregunto es…
¿Por qué fueron al club de tiro?
Lo pensé y pensé, y luego lo miré en google.
Es tan pragmático que solo se le ocurre a un camorrista.
Mira.
Si sobreviven al ataque, pero la policía los detiene y encuentra restos invisibles de pólvora en sus manos, no irán a la cárcel porque podrán demostrar que han estado en un club de tiro.
Tienen su coartada.
Qué maquiavélico, ¿no?
Pero bueno.
Si a MI se ocurre esto, la policía italiana seguro que ya se sabe este truco.
Después de una masacre de esta, la policía tendría que ir a todos los clubs de tiro y hacer una lista para cotejarla con la lista de camorristas.
Espera.
Espera.
Se me ocurre algo mejor.
El propietario podría MANDAR la lista de gente que se apunta y no dispara directamente a la policía.
¿No?
Asi los detienen el día después o incluso podrían impedir la masacre.
¿No?
No.
Claro que no.
Es Napoles.
Si eres chivato, no solo te matan, se cargan a toda tu familia. Igual matan a tus primos que no has visto en veinte años, o te queman vivo.
O te cortan los brazos, o la lengua.
O cortan los brazos y las lenguas a tus primos y tu familia.
No lo sé.
Pero, claro…
No vivo en Napoles y esto no me afecta.
Mira.
En el fondo, la única razón por la que la gente no manda más e-mails a su lista es por la misma razón que los napolitanos no denuncian los camorristas.
Por falta de huevos.
Nada más.
Se creen que un suscriptor que se da de baja es como una tiro en las rodillas. Piensan que tres suscriptores perdidos duelen como tres puñaladas en la espalda.
Se creen que un suscriptor que les insulta es un coche bomba.
Puesss…
No lo es.
En el caso del propietario napolitano, usar esa lista sería el fin de su mundo.
Sería suicidarse.
Yo no piensa así.
Si te apuntas, yo disparo.
Lunes
BAM
Martes y miércoles
BAM
BAM
Jueves, viernes y sábado.
BAM
BAM
BAM
Domingo, días festivos y el 29 de febrero.
BAM
BAM
BAM
Que no pase un día sin disparar.
La lista es para usarla.
Para darle juego y para jugar.
Para entretenerse y para entretener.
Para vender y para comprar.
La lista no es para esconderla en un cajón como un cobarde que está cagado de miedo.
No, nada de eso.
La lista hay que mantenerla viva y no muerta.
Bueno…
Es por eso que mando un e-mail al día.
Ahora.
Para los que quieren aprender cómo vender con el email diario, pues, echa un vistazo a esto…
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