Hace años, cuando tenía 23, me ligué a mi compañera de piso sueca en el Jamboree de la plaza Real de Barcelona.

Ella era muy joven, había cumplido los 20 ese mismo verano.

La noche fue intensa, tomamos ron cola, cervezas y seguramente chupitos de algún tipo.

Cuando el local estaba cerrando y los porteros nos echaron, decidimos ir a “nuestro” piso.

Parecía que la noche iba a terminar bien, pero jamás me imaginaba lo que iba a ocurrir dos minutos más tarde cuando pisamos La Rambla. 

Escucha.

Si no estado en Barcelona, te explico rápidamente dónde estaba.

La Ramblas es el paseo más famoso de España, es una calle en que hay gente las 24 horas del día.

Por el día hay turistas y carteristas, y por la noche turistas borrachos y ladrones.

Pues…

Cuando pisamos la Rambla vi que a 50 metros a la izquierda de nosotros habían unos 40 Mossos d’Esquadra con porras y perros. Me parecía raro porque un despliegue de estos.

Entonces, la sueca, que estaba mirando hacia arriba me preguntó.

– Y estos AHÍ, ¿qué hacen?

Giré la cabeza y vi que a otros 50 metros había, por los menos, unos 100 okupas.

Se habían dejado los perros en la kasa, pero, no se habían dejado los pasamontañas, ni los cócteles Molotov.

Vaya noche.

Hacia un minuto iba abrazado de una sueca y ahora estaba atrapado entre un mogollón de mossos y una panda de apestosos perroflautas

¿Y?

Antes de que podíamos escapar por el mismo camino que venimos, uno de los antisistema tiró una xibeca vacía a los mossos.

-¡KLAK!

Le dio en la cabeza y fue entonces cuando se armó el follón.

Los mossos cargaron a toda hostia hacia todo el mundo que estaba en la Rambla, okupa o no okupa, esa noche, si estabas en la Rambla te llevabas un porrazo.

Durante unos pocos segundos pensé que no nos iban a pegar porque “no habíamos hecho nada”.

Pero, 5 segundos más tarde los mossos alcanzaron a dos conocidos de la sueca que habían tomado más chupitos que nosotros y los apalearon.

Los okupas ya estaba huyendo como ratas. 

De algún sitio aparecieron más mossos y todos empezaron a correr hacia nosotros.

Fue el momento de actuar como un galán o de pasar la noche solo en cama haciendo cinco contra uno.

Cogí a la sueca de la mano y empezamos a correr para escapar de los mossos.

Entonces…

Si quieres entender para que realmente sirve un titular, te tienes que poner en la situación en que yo estaba.

Si yo, en ese momento que tengo a los mossos tan cerca que puedo sentir su aliento en la nuca, leo por encima el cartel publicitaria de una tienda de la Rambla, me paro y digo…

…espera, voy a ver de qué va esta promoción.

Entonces el titular del cartel ha cumplido su trabajo.

Eso es un titular poderoso.

Su misión es doble, DETENERTE y ATRAERTE.

Correr para escapar de 40 mossos d’esquadra llevando contigo una chica que aún no te has triunfado del todo, es la mentalidad que hay que adoptar para crear un titular.

¿Y?

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