Cuando era profesor particular de inglés, me dí cuenta que uno de los problemas principales para ganar dinero, no era conseguir alumnos, sino mantenerlos.
Muchos alumnos no tenían la disciplina para seguir adelante y desaparecían.
Por tanto, me inventé una tarea para fidelizar a mis nuevos alumnos lo antes posibles.
¿Qué hice?
Pues, les obligaba a escuchar a una cinta de los años setenta de las personas más importantes de la auto-ayuda de esa época.
Jim Rohn.
¿Y eso?
Pues muy fácil.
En una cinta, Jim Rohn cuenta que la mayoría de los estadounidenses, en vez de ir a la biblioteca para leer un libro gratuito después de trabajar, se van al bar del barrio para no perderse el “happy hour”.
El 2 por 1.
“Nunca antes en la historia del mundo, TANTA gente, TAN inteligente, ha depositado TANTO conocimiento en un solo país en menos de 100 años”, dice Jim Rohn y luego critica a la gente que desaprovecha todo ese conocimiento gratuito.
Bueno…
Habrá algunos que entenderán porque obligaba a mis alumnos escuchar esa cinta.
Aquello era eficiente.
Otra cosa que decía Jim Rohn en esa cinta, y que me suelo recordar de vez en cuando, es que primero hay EDUCAR, y luego MOTIVAR.
Si lo haces al revés, y motivas antes de educar, pues es bastante posible que acabes con un idiota motivado.
Y de esos hay muchos.
Idiotas motivados.
Creo que hay más idiotas motivados en el mundillo del marketing online que en cualquier otro sitio.
Me hace gracia cuando los gurú-moñas pide que te descargues una “hoja de motivación”, o un pdf con “citaciones inspiradoras”.
O que los sigas por la redes sociales para que veas las citas de motivación que cuelgan cada día.
“Venga, nos vamos a motivar.”
“Nos vamos a sentir bien.”
Es todo tan moñas.
Tan azucarado.
Tan dulce.
Tan correcto.
Tan falso.
Bueno, yo no voy con eso.
No es mi estilo.
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