Dinero con emails.

Eso es lo que buscan algunos cuantos que vienen a aquí.

Van buscando cómo escribir emails que venden.

Emails que generan clientes.

Emails que generan ventas.

En algunos casos buscan cómo generar MUCHOS clientes.

Muchas ventas.

Muy bien.

Estás en el lugar adecuado.

Pero, de los que leerán este post, al final casi todos sabrán lo que yo opino que NO hay que hacer para vender con email.

Casi todos.

Sin embargo, de esas personas, solo unos pocos sabrán lo que yo opino que SIEMPRE hay que hacer para vender con email.

No sé quién serás tú.

En cualquier caso, ahora te explico…


Un verano estaba en el pueblo de mi amigo “El Follonero”, el catalán que trabaja en un banco y es de Franco.

Fuimos de bar en bar y llegamos algo tomados a un restaurante uruguayo.

Pedimos dos Voll-Damms y en la tele vi que había una película que más que película parecía una porno.

Tías en bolas.
Tíos en pelotas. 

No suelo ir a los bares para mirar la tele, pero, cada minuto que pasaba solo había más tías, más tetas, más culos y más cachondeo.

Al final todo el bar quería cómo se llamaba esa película.

Después de la publicidad mostraron el nombre de aquella obra de arte.

Se llama….

“Desde que amanece, apetece”.

Yo soy sueco aunque no lo parezca, y a mí estas comedias españolas cachondas me encantan. 

A ver…

El tío más tonto de un pueblo en Asturias, hace una gamberrada impresionante en una boda, y para que los pueblerinos no le corten los huevos, su padre lo manda a Madrid con su tío.

Le dice que su tío es “un hombre de negocios“.

Resulta que el tío, Lorenzo “El pollas”, un vividor acabado, es manager de cinco boys que actúan en despedidas de solteras en un cabaré del centro.

Bueno, en pocas palabras.

Lo del cabaré se va al carajo. 
Lorenzo “El pollas” está endeudado hasta el cuello.
Encima se compra un Ferrari.
Para ganar dinero monta una agencia de gigolós.

Cuando lo llama la primera clienta, todos sus “boys” están fuera.

Entonces, el sobrino, que en dos días se ha convertido del más tonto de su pueblo, al más tonto de Madrid, le toca convertirse en prostituto.

Gigoló.
Puto.
Chapero.

Llámalo como quieras.

La primera clienta es una yanqui MILF cuarentona que viaja sola y tiene un parecido a Pamela Anderson.

Yendo al hotel, su tío, que seguramente ha pasado alguna temporada tirándose a viejas adineradas, le dice…

 

-He hablado con ella.
A esta tía la vas a tratar con brus-que-dad.
Estoy seguro de que es lo que le gusta.

 

¿Qué es brusquedad? pregunta el sobrino.

Lorenzo “El pollas”, que está ya un poco harto del idiota de su sobrino, le dice que la trate IGUAL que trata a las vacas de su pueblo.

Puesss…

El sobrino sube al suite, toca la puerta, y la rubia MILF le abre la puerta medio desnuda.

El sobrino flipa con lo buena que está.

Este café quiere su leche.

La yanqui cuarentona lo mira de arriba para abajo con una cara de… “¿este tío cutre es el gigoló?”…, pero como no sabe nada de castellano no sabe qué decir.

Entonces, el sobrino, que aparte de tonto también es casi virgen, se acuerda de…”trátala como las vacas de tu pueblo“…y asume el rol.

-YIIIIIHAAA.
YIHAAAA.
VAQUIIITA.
¡VAMOS A LA CAMIIITA!

Oh my god.

Cómo ahora los hombres en EE.UU son más como el tío moñas de” Cómo conocí a vuestra madre”, que Chuck Norris, una solterona buenorra ya no puede encontrar un hombre que la haga sentir como una mujer.

Por tanto, cuando oye aquel cazurro gritar…“vaquita, vamos a la camita”, se excita.

Se excita de tal manera, que si se metería un choclo de maíz en la concha sonaría “pop, pop, pop” y habría una ración de palomitas.

Echan un polvazo inolvidable.

Vale, por un lado quédate con eso. 

Pasa una semana.

Y otra clienta llama a Lorenzo “El pollas“, para solicitar los servicios de la agencia de gigolós.

Esta vez es una madrileña de cuarenta y tantos años que se parece a la mujer que limpia las escaleras en mi edificio en la Barceloneta.

Se parece a la hermana tímida y reprimida de Aída, pero más gorda.

Como esta vez toda la panda de gigolós está presente, el tío ex-gigoló exhibe toda su mercancía.

Puede elegir entre…

… un negro de Guinea Española
… un andorrano marrano
… un pisha-loca de Cadíz
… o el sobrino tonto de Asturias.

Por alguna razón elige el sobrino que se la lleva a la habitación.

Ella le dice que es la “primera vez” que hace algo así y le prepaga 80 euros.

El sobrino le dice que se desvista.

Guarda los billetes, se quita la camiseta, los pantalones y se la queda mirando con su cara de tonto.

Es un momento incómodo.

Dos desconocidos casi en pelotas mirándose. Ella no sabe que decir, y el sobrino que iba a decir algo pero se le ha olvidado.

Pasa otro momento laaargo e incómodo.

Por fin le viene una idea para poner el ambiente.

Y, el error que el sobrino comete con esta clienta, es el MISMO error que la mayoría de gente que quiere vender con email cometen.

El sobrino abre la boca y grita…

-YIIIIIHAAA.
YIHAAAA.
VAQUIIITA.
¡VAMOS A LA CAMIIITA!

La mujer se queda callada.

Está a punto de llorar, pero antes le pregunta por qué le ha dicho eso.

El sobrino responde…

 

-Es que es así como tratamos a las vacas de mi pueblo.

 

La pobre mujer, que ha pagado 80 € para que un hombre la ponga mirando hacia Cuenca y no para que la comparen con una vaca lechera, se echa a llorar y dice y al tío ex-gigoló, “los voy a denunciar por violencia de género”.

La mujer se va llorando y el tío le quita los 80 € al sobrino y amenaza de pegarle un porrazo.

Y eso pasa mucho online. 

La mentalidad de “copio y pego”.

Cuando un novato se mete en el mundillo del marketing online, igual que el asturiano que llega a Madrid, está algo perdido y bastante confundido.

Y de esa confusión viven los budas de los embudos.

Te enseñan…

… que hay poner el “wordpress theme” que está de moda.
… que hay poner “odio el spam” bajo el formulario de correo.
… que hay tener un “sobre mi” en el blog.
… que pongas una foto en que pareces el comercial de la tele-tienda.
… que pongas un “Me has visto en el periódico de mi pueblo

Bueno, todo eso yo lo entiendo.

Crear un blog desde cero si no tienes ni pajotera de esas cosas, es un agobio.

Es odioso.

Para hacerlo solo, hay que aprender cómo escribir html. 

Si te lo hace otro, o te cobran una millonada o hay que tratar con filipinos menos impresentables que una banda de cantantes de  narco-corridos de Sinaloa.

Por eso la gente copia.

Yo también fui el sobrino de Asturias.

Yo también copiaba.

Pero, cuando aplicas el “copio y pego” al escribir para vender empieza el problema.

Cuando haces eso, bueno.

No es lo mismo.

Hay gente que cuando lee un email que funciona, una web que funciona, una carta de venta que funciona, directamente copian las palabras para la suya.

Directamente copian una frase.
Directamente copian un asunto.
Directamente copian el típico saludo soso… “Hola, cómo estás, espero que bien

Lo copian todo (sin saber que realmente funciona)

Y eso te hace ciego.

Cuando se copian palabras y frases puro y duro, es cuando uno pierde la voz, la personalidad, el estilo y el carácter.

Y eso es necesario para conectar con el mercado.

Pero, también es cuando se pierde otra cosa.

Es cuando pierdes el principio de persuasión que Lorenzo “El Pollas”, dio a su sobrino.

Espero que lo hayas pillado.

Ahora, para aprender cómo usar este principio para vender con email…

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