Vamos a hablar sobre olor.
El otro día estuve viendo una escena de la película española Belle Époque.
Si eres virgen, o militante de las femen, igual esta escena te ofenderá.
Pero bueno…
Belle Époque va de un chico joven idealista que durante la guerra civil deserta del ejército.
En un puticlub se hace amigo de Manolo, un hombre mayor.
Manolo lo invita a casa y toman anís, hablan de política, religión, idealismo y otras cosas de la época.
El siguiente día cuando se están despidiendo en la estación de tren
el viejo le dice…
el viejo le dice…
– Estos días no solo he comido como un cura y he tenido con quien charlar… y….no me importaría que te quedaras…es que con mis hijas es diferente…. como nunca he tenido hijos, pues eso…
…que te he cogido cariño….bueno, lo dicho…
…Salud y república
Un poco más tarde llega el tren y bajan las cuatro hijas de Manolo.
Todas están buenas.
Entre las bellezas está Penélope Cruz.
Al desertor se le cae la baba.
En vez de marcharse a Madrid se inventa que ha perdido el tren y esa noche se va a la casa de Manolo.
Las hijas le invitan a cenar y él se pone a tocar una trompeta para impresionarlas.
Cuando Manolo vuelve a casa con el cura, oye la bulla y el cura le pregunta de dónde viene la música.
Manolo le contesta…
– Esto, querido Luis, es el jodido seminarista que no ha cogido el tren a Madrid y se ha venido aquí…
…por el olor a coño de mis hijas.
Mira…
El viejo quiere que el joven se quede más tiempo en su casa y le ofrece comida y buena conversación
Mal, muy mal,
Le tendría que haberle ofrecido lo que realmente quiere en vez de conversaciones sobre religión y política.
Y de eso se trata.
La gente quiere entretenimiento, y si se los sabes dar, pues mira, vas a vender más.
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