Una noche hace un montón de años, celebré un cumpleaños con unos amigos y nos fuimos de fiesta al Razzmatazz.

El Razzmatazz es una discoteca de Barcelona infame por su garrafón.

Bueno…

Acabamos a las 3 de la madrugada y yo me fui haciendo eses hacia mi piso.

Borracho.

Yo vivía a una media hora andando de la discoteca y el camino más corto era atravesando un parque.

Cerca del parque solía haber una panda de prostitutas nigerianas haciendo la calle.

Esa noche no era una excepción.

Ahí estaban.

Cogí una calle para evitarlas, pero una de ellas, que llevaba una minifalda roja, me vio y me siguió.

Cómo tenía pocas ganas de follar en plena calle y pillar un SIDA, un sífilis, una gonorrea o un herpes, le dije que no estaba interesado.

Apreté el paso y la dejé atrás.

No era fea.

A los cincuenta metros llegué al parque y vi que no lo iba a poder atravesar.

Las puertas estaban cerradas.

Me tocaría dar la vuelta.

Entonces vi que la fulana nigeriana me estaba siguiendo.

Supongo que había tenido una mala noche.

Puta madre.

Me acordé que un amigo que vivía en el mismo barrio me había dicho… “volver borracho a casa es un peligro, uno puede cometer errores“.

La nigeriana se acercaba y se estaba poco a poco quitando la poca ropa que tenía puesta.

Me enseño una teta.

Coño, ¿y ahora qué hago?

Bueno, estaba borracho, pero tampoco tan borracho.

Calculé que la valla medía dos metros y medio.

Si salto la valla y me caigo, en el peor de los casos me rompería un pie o una mano.

Si me quedo con la nigeriana y se quita la ropa, con lo borracho que estoy, igual contraigo una gonorrea.

Pues…

…salté la valla sin matarme, y me sentí súper bien ya que pensaba que no lo podía hacer con los cubatas que llevaba encima.

Pues nada, la noche en el parque era muy bonita.

El cielo era claro y se veían las estrellas.

La noche era tan bonita que me puse a mear cerca de un árbol.

Mientras que aún tenía la chorra en la mano, vi cómo la nigeriana trepando la valla.

Estaba mirando el cielo cuando vi que la nigeriana había conseguido entrar al parque.

Joder.

Se estaba acercando.

Y sonreía.

Se acarició los labios con la lengua.

Me sopló un beso.

Iba medio desnuda y se estaba quitando la minifalda.

Luego se dio la vuelta y me enseñó el culo.

Esto es todo tuyo“… me dijo.

Vaya escándalo.

¿Y?

Pues nada.

Obviamente respeto su persistencia.

Pero claro…

… si eres muy persistente, pero el mercado tiene demasiado miedo de actuar porque tiene la cabeza llenos de miedos sobre enfermedades venéreas, pues…

…la persistencia da igual.

Claro, si eres muy bueno persuadiendo conseguirás clientes.

Alguien caerá.

Alguien se volverá loco.

Pero, esos clientes el día siguiente se van a arrepentir bastante.

Son mariposones que les encanta enamorarse y comprar sea lo que sea.

Mira.

Antes de aprender “trucos”, “tácticas, “fórmulitas mágicas” de persuasión de los budas de los embudos yo recomiendo otra cosa.

Estudia el mercado.

Estudia sus miedos.
Estudia sus paranoias.
Estudia sus gustas.

Estúdialo todo.

En profundidad.

Y luego actúa.

¿Ayuda?

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