Un libro muy poco conocido que cuenta la historia de Hollywood que suelo leer de vez en cuando se llama


“High Concept:
Movies and Marketing in Hollywood”.

 

El libro cuenta cómo las productoras implementaron un concepto a todas las películas para aumentar los ingresos.

Es el misma concepto que usan hoy en día para hacer tantas películas de mierda sobre super-héroes asexuales.

Bueno.

En un capítulo hay dos judíos que consiguen vender una película de ciencia ficción usando solo 4 palabras.

Solamente con 4 palabras.

Los judíos dijeron el CEO de la productora ( 20th Century Fox) que iban a hacer…


“Tiburón en el espacio”


Cualquier subnormal de Hollywood, incluyendo el CEO, sabía que “Tiburón” había generado un montón de dinero y el guión fue aprobado de una vez.

¿La película?

“Alien”.

A ver, una cosa que siempre me pareció interesante de Alien fue cómo crearon el jodido monstruo ese.

El bicho asesino con la sangre ácida.

El que mata a todo el mundo y se escapa.

A ver.

El director contrató a un ingeniero industrial suizo para crear aquel extraterrestre parasitoide.

Y, el suizo hizo unos dibujos y luego pidió calaveras de un proveedor de la India para crear la cara del monstruo.

Pasado unas semanas, le llegaron tres calaveras empaquetadas en plástico.

Eran perfectas.

Eran calaveras hermosas y el ingeniero industrial usó una de ellas como base para la cara del Alien.

Entre que tiene aspecto humano, una boca horrible, y falta de ojos, ese bicho asustó a mucha gente.

Bueno, después del gran éxito, el ingeniero industrial recibió una noticia fea.

Muy fea.

Casi más fea que la novia del Alien.

El proveedor de calaveras, que vendía partes humanas a a hospitales y centros de investigación, estaba bajo investigación por las autoridades.

No por evadir impuestos.
No por no pagar a los empleados.
No por ningún crimen normal y corriente.

El proveedor de calaveras estaba bajo investigación por asesinar a indigentes y cosechar sus cabezas.

Era por eso que las tres calaveras eran tan perfectas.

Eran cosechadas de algún pobre indigente que tenía un cráneo muy bonito. 

Bueno.

¿Y?

Pues, para crear imágenes duraderas y emocionantes, desde luego que hay que esforzarse un poco.

Un poquito más que los demás.

¿Cómo?

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