Ayer vi un episodio de South Park que me gustó bastante.

A ver.

El Jimmy, el niño minusválido, decide crear un evento para figurar como una gran estrella.

Será el presentador de unos premios de la comedia.

No tiene mucho sentido hacer “premios a la comedia”, pero bueno, es su idea.

Jimmy invita a todos sus amiguitos, pero claro, ninguna persona normal, y menos un niño, quiere ver un premio de comedia, y mucho menos presentado por un niño minusválido que no tiene nada de gracia.

“Prefiero que me que arranquen los huevos”, dice Cartman, pero como Jimmy es minusválido, la escuela impone asistencia obligatoria.

Todos tienen que ir.

Pues, tres horas aburridas más tarde, Jimmy dice:

 

-Uy, qué emoción.

Hemos llegado a uno de mis premios preferidos, a ver, el premio de la categoría, “los menos graciosos del mundo”, este año va a…

… ¡Los alemanes!

 

¿Y?

Pues los alemanes, que tienen menos gracias que una patada en las pelotas, se enfadan de tal manera que invaden la escuela y presentan a los niños con su nuevo invento revolucionario creado por la ingeniería alemana.

Les presentan con…

“Chisto-bot”

Chisto-bot es un “bot” que parece una fregona de limpieza y que está programado para contar chistes.

Lo que tiene especial es que tiene inteligencia artificial que detecta si el público se lo pasa bien o mal.

Chisto-bot cuenta chistes viejos con una voz robótica, mecánica y sin ningún tipo de gracia, ni personalidad, ni carisma, ni estilo.

¿Y qué?

Pues, es un poco hacia donde va el mundo del marketing si quieres hacer caso a los budas de los embudos.

En vez de que uno desarrolle su personalidad, su voz y su estilo de comunicar, esta gente quiere que la gente se vuelva como el invento de los alemanes.

Los quieren como “bots”.

Copiando y pegando y diciendo cosas aburridas.

¿Y sabes qué?

Eso es bueno.

No en serio.

Es bueno.

Cuando más descerebrados se asimilan a las masas, y se vuelven robóticos, menos que gente habrá que querrán ser diferentes.

Serán una minoría.

Bueno…

¿Cuál es la manera más fácil de ser diferente?

Y me refiero a realmente diferente, no cosméticamente diferente.

Pues, yo sugiero que seas una de las pocas personas que aprendan a escribir un email diario a tu lista.

Lo he enseñado a mucha gente, y realmente no es tan difícil.

¿Para empezar?

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